El anfibio permanece enterrado en épocas secas para evitar morir insolado.
El herpetólogo Daniel Cuentas halló una nueva especie de rana dentro de la familia de las cavadoras (conocida como Microhylidae).
Para llegar a esta conclusión, el investigador descubrió que varios ejemplares de una especie muy conocida en el Orinoco de esta clase de anfibios, tenían ciertas diferencias morfológicas frente a sus congéneres, que permitieron saber que pertenecían a una especie inédita.
La revisión se hizo a partir de varios ejemplares colectados en la región por el herpetólogo Andrés Acosta, consultor del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que trabajó en equipo con la Fundación Omacha y la Universidad del Tolima. Una de las ranas se encontró dentro de una piscina, y las otras en una sabana y en porciones de bosques.
Esta nueva especie se caracteriza por permanecer enterrada en el suelo durante la época seca, con lo que evita morir insolada. De paso, se alimenta de termitas.
Su presencia resalta el alto valor que tiene la conservación de las sabanas y los bosques de galería del Orinoco y proporciona valiosa información para realizar la zonificación ecológica y el ordenamiento del territorio frente a la expansión de la agroindustria sobre las sabanas naturales, que han sufrido un incremento en las actividades humanas, especialmente de actividades agrícolas como cultivos industriales de palma de aceite, soya y maíz, estos últimos para producir biodiesel y etanol.
Para llegar a esta conclusión, el investigador descubrió que varios ejemplares de una especie muy conocida en el Orinoco de esta clase de anfibios, tenían ciertas diferencias morfológicas frente a sus congéneres, que permitieron saber que pertenecían a una especie inédita.
La revisión se hizo a partir de varios ejemplares colectados en la región por el herpetólogo Andrés Acosta, consultor del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que trabajó en equipo con la Fundación Omacha y la Universidad del Tolima. Una de las ranas se encontró dentro de una piscina, y las otras en una sabana y en porciones de bosques.
Esta nueva especie se caracteriza por permanecer enterrada en el suelo durante la época seca, con lo que evita morir insolada. De paso, se alimenta de termitas.
Su presencia resalta el alto valor que tiene la conservación de las sabanas y los bosques de galería del Orinoco y proporciona valiosa información para realizar la zonificación ecológica y el ordenamiento del territorio frente a la expansión de la agroindustria sobre las sabanas naturales, que han sufrido un incremento en las actividades humanas, especialmente de actividades agrícolas como cultivos industriales de palma de aceite, soya y maíz, estos últimos para producir biodiesel y etanol.
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